Una imagen y un verso son el punto de partida del presente trabajo. En primer lugar, el dibujo de Dario Fo hace que sintamos vanas e inútiles nuestras palabras, ya que su trazo seguro resume el tema central de este seminario: las fronteras movedizas entre cine y teatro. El nobel afirma que el espectador teatral “tiene una cámara en el cráneo”, que le permite focalizar su atención jugando constantemente con objetivos y obturadores (Fo, 1987: 64). El actor crea, con precisión milimétrica, la secuencia de planos más adecuados para que la mirada del público se concentre en los microencuadres generados por su máscara. En segundo lugar, el eco de “Yo es otro” de Rimbaud resuena en las nuevas tendencias escénicas en dos ámbitos simétricos y paralelos. El teatro contemporáneo es “la expresión espectacular del YO”, tal como señala Ángel Berenguer (Berenguer, 2006); asimismo, si se nos permite hacer un juego de sustituciones, podemos afirmar que en los escenarios de hoy el “OTRO” encuentra su expresión espectacular. El horizonte del teatro se amplía para descubrir su identidad en las diversidades. Esta intersección nos ha empujado a buscar, en el corpus de textos dramáticos contemporáneos de nuestra investigación , una obra en la que se funda y confunda el cine con el teatro y cuyo protagonista sea el binomio YO/OTRO. Hemos seleccionado la obra Sabor a Freud del argentino José Pablo Feinmann . Una razón fundamental para esta elección ha sido que los protagonistas conviven con su doble identidad para ser el otro yo. En efecto, asistimos a una sesión de psicoanálisis en la que el protagonista, el psicoanalista doctor Kovacs, le cuenta a un narratario psicoanalista [una audiencia ficcionalizada en el espectador] que su vida se desbarató cuando entró en su consultorio Lucía Espinosa, una paciente esquizofrénica poseída por la cantante de boleros Dolores Durán. El espectador ficcionalizado se transforma en el psicoanalista del psicoanalista a través de las imágenes cinematográficas que el texto convoca: fotogramas de películas como Cuéntame tu vida / Recuerda o Casablanca. Mientras tanto, Pascal, Heidegger y Freud cantan boleros como si fueran el Trío los Tres Ases. En el escenario se crea, así, un espacio catártico para “marginados sentimentales”. Un espacio en donde los hombres expresan con sensibilidad sus emociones y las mujeres proclaman con desenfado transgresor sus deseos y pulsiones. Sabor a Freud ha suscitado nuestro interés porque permite comprobar si la dramaturgia contemporánea presupone la existencia de una mente-cámara en el espectador; es decir, si se produce “una cineificación de la puesta en escena teatral” (Morales Astola, 2003) y adopta las técnicas de escritura del guión cinematográfico. Por ello hemos concebido nuestro análisis como si estuviéramos asistiendo a una sesión continua y contigua de proyecciones psicofílmicas, una sesión en la que el escenario se transforma en una “polipantalla” y en una caja de resonancia de una densa polifonía textual y discursiva. Para examinar y sistematizar los recursos fílmicos presentes en la obra [los componentes cinematográficos, narrativos y comunicativos] hemos seguido los criterios de Francesco Casetti en su ya clásico Analisi del film (Cómo analizar un film). Además, en la arquitectura dramatúrgica de Sabor a Freud fluyen citas cinematográficas, filosóficas, musicales, psicoanalíticas que confluyen en un encuentro–experiencia teatral, cinematográfica y musical. Una experiencia compleja que comporta el conocimiento de la propia vida. El narratario-analista-paciente-espectador observa, a través de la cerradura, las arrugas del inconsciente: un primerísimo plano que encuadra el alma humana. El cine clásico nos ha acostumbrado a contemplar, desde la poblada soledad oscura, los sueños y deseos más íntimos; la obra de Feinmann utiliza mecanismos cinematográficos para llevar a las tablas la vida onírica de los protagonistas. A continuación, analizaremos los recursos utiliz...

M. Ariza, M.I. Fernandez Garcia (2008). "Sabor a Freud", de José Feinmann: un fundido de cine y teatro a ritmo de bolero. MADRID : Visor.

"Sabor a Freud", de José Feinmann: un fundido de cine y teatro a ritmo de bolero

ARIZA, MERCEDES;FERNANDEZ GARCIA, MARIA ISABEL
2008

Abstract

Una imagen y un verso son el punto de partida del presente trabajo. En primer lugar, el dibujo de Dario Fo hace que sintamos vanas e inútiles nuestras palabras, ya que su trazo seguro resume el tema central de este seminario: las fronteras movedizas entre cine y teatro. El nobel afirma que el espectador teatral “tiene una cámara en el cráneo”, que le permite focalizar su atención jugando constantemente con objetivos y obturadores (Fo, 1987: 64). El actor crea, con precisión milimétrica, la secuencia de planos más adecuados para que la mirada del público se concentre en los microencuadres generados por su máscara. En segundo lugar, el eco de “Yo es otro” de Rimbaud resuena en las nuevas tendencias escénicas en dos ámbitos simétricos y paralelos. El teatro contemporáneo es “la expresión espectacular del YO”, tal como señala Ángel Berenguer (Berenguer, 2006); asimismo, si se nos permite hacer un juego de sustituciones, podemos afirmar que en los escenarios de hoy el “OTRO” encuentra su expresión espectacular. El horizonte del teatro se amplía para descubrir su identidad en las diversidades. Esta intersección nos ha empujado a buscar, en el corpus de textos dramáticos contemporáneos de nuestra investigación , una obra en la que se funda y confunda el cine con el teatro y cuyo protagonista sea el binomio YO/OTRO. Hemos seleccionado la obra Sabor a Freud del argentino José Pablo Feinmann . Una razón fundamental para esta elección ha sido que los protagonistas conviven con su doble identidad para ser el otro yo. En efecto, asistimos a una sesión de psicoanálisis en la que el protagonista, el psicoanalista doctor Kovacs, le cuenta a un narratario psicoanalista [una audiencia ficcionalizada en el espectador] que su vida se desbarató cuando entró en su consultorio Lucía Espinosa, una paciente esquizofrénica poseída por la cantante de boleros Dolores Durán. El espectador ficcionalizado se transforma en el psicoanalista del psicoanalista a través de las imágenes cinematográficas que el texto convoca: fotogramas de películas como Cuéntame tu vida / Recuerda o Casablanca. Mientras tanto, Pascal, Heidegger y Freud cantan boleros como si fueran el Trío los Tres Ases. En el escenario se crea, así, un espacio catártico para “marginados sentimentales”. Un espacio en donde los hombres expresan con sensibilidad sus emociones y las mujeres proclaman con desenfado transgresor sus deseos y pulsiones. Sabor a Freud ha suscitado nuestro interés porque permite comprobar si la dramaturgia contemporánea presupone la existencia de una mente-cámara en el espectador; es decir, si se produce “una cineificación de la puesta en escena teatral” (Morales Astola, 2003) y adopta las técnicas de escritura del guión cinematográfico. Por ello hemos concebido nuestro análisis como si estuviéramos asistiendo a una sesión continua y contigua de proyecciones psicofílmicas, una sesión en la que el escenario se transforma en una “polipantalla” y en una caja de resonancia de una densa polifonía textual y discursiva. Para examinar y sistematizar los recursos fílmicos presentes en la obra [los componentes cinematográficos, narrativos y comunicativos] hemos seguido los criterios de Francesco Casetti en su ya clásico Analisi del film (Cómo analizar un film). Además, en la arquitectura dramatúrgica de Sabor a Freud fluyen citas cinematográficas, filosóficas, musicales, psicoanalíticas que confluyen en un encuentro–experiencia teatral, cinematográfica y musical. Una experiencia compleja que comporta el conocimiento de la propia vida. El narratario-analista-paciente-espectador observa, a través de la cerradura, las arrugas del inconsciente: un primerísimo plano que encuadra el alma humana. El cine clásico nos ha acostumbrado a contemplar, desde la poblada soledad oscura, los sueños y deseos más íntimos; la obra de Feinmann utiliza mecanismos cinematográficos para llevar a las tablas la vida onírica de los protagonistas. A continuación, analizaremos los recursos utiliz...
2008
Teatro, Novela y cine en los inicios del siglo XXI Actas del XVII Seminario Internacional del Centro de Investigacion Semiotica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologias.
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M. Ariza, M.I. Fernandez Garcia (2008). "Sabor a Freud", de José Feinmann: un fundido de cine y teatro a ritmo de bolero. MADRID : Visor.
M. Ariza; M.I. Fernandez Garcia
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