Luego de casi tres décadas de predominio de las políticas neoliberales en América del Sur, hacia fines de los años noventa del siglo XX se abre un ciclo histórico definido por diversos autores como el “giro a la izquierda” en la región. Dicho momento político está atravesado por el acceso al poder de partidos, movimientos o coaliciones políticas que pujan, en cada una de sus naciones, por implantar una agenda pública distante de los cánones de la ortodoxia neoliberal . La elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de Venezuela en 1998 marca el punto de quiebre con el ciclo político signado por las políticas de ajuste estructural y la implantación del mercado como eje de la coordinación social. En los años posteriores fueron llegando al poder otros partidos anti-neoliberales en diversos países de la región. El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva en Brasil (2002), el peronismo en la versión “aggiornada” por los Kirchner en la Argentina (2003), el Frente Amplio en Uruguay (2004), el Partido Socialista de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile (2000 y 2005), el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales en Bolivia (2005), y el movimiento Alianza País (AP) de Rafael Correa en Ecuador (2007). A ellos podría agregarse la elección en 2009 del ex sacerdote Fernando Lugo en Paraguay como parte de una coalición progresista que no alcanzó a completar su período de gobierno. Una vez en el poder, y aún si comparten entre sí el énfasis en la reconstrucción de las capacidades estatales para regular a los mercados y redistribuir la riqueza social, los gobiernos antes mencionados encaminaron la transición post-neoliberal a partir de diversas estrategias políticas. En medio de tal heterogeneidad se puede reconocer, no obstante, dos grandes trayectorias de gestión política del cambio en los gobiernos progresistas sudamericanos. Luego de casi tres décadas de predominio de las políticas neoliberales en América del Sur, hacia fines de los años noventa del siglo XX se abre un ciclo histórico definido por diversos autores como el “giro a la izquierda” en la región. Dicho momento político está atravesado por el acceso al poder de partidos, movimientos o coaliciones políticas que pujan, en cada una de sus naciones, por implantar una agenda pública distante de los cánones de la ortodoxia neoliberal . La elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de Venezuela en 1998 marca el punto de quiebre con el ciclo político signado por las políticas de ajuste estructural y la implantación del mercado como eje de la coordinación social. En los años posteriores fueron llegando al poder otros partidos anti-neoliberales en diversos países de la región. El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva en Brasil (2002), el peronismo en la versión “aggiornada” por los Kirchner en la Argentina (2003), el Frente Amplio en Uruguay (2004), el Partido Socialista de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile (2000 y 2005), el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales en Bolivia (2005), y el movimiento Alianza País (AP) de Rafael Correa en Ecuador (2007). A ellos podría agregarse la elección en 2009 del ex sacerdote Fernando Lugo en Paraguay como parte de una coalición progresista que no alcanzó a completar su período de gobierno. Una vez en el poder, y aún si comparten entre sí el énfasis en la reconstrucción de las capacidades estatales para regular a los mercados y redistribuir la riqueza social, los gobiernos antes mencionados encaminaron la transición post-neoliberal a partir de diversas estrategias políticas. En medio de tal heterogeneidad se puede reconocer, no obstante, dos grandes trayectorias de gestión política del cambio en los gobiernos progresistas sudamericanos.

Processo costituente ecuadoriano e legittimazione democratica: un contrappunto andino

BAGNI, SILVIA
2013

Abstract

Luego de casi tres décadas de predominio de las políticas neoliberales en América del Sur, hacia fines de los años noventa del siglo XX se abre un ciclo histórico definido por diversos autores como el “giro a la izquierda” en la región. Dicho momento político está atravesado por el acceso al poder de partidos, movimientos o coaliciones políticas que pujan, en cada una de sus naciones, por implantar una agenda pública distante de los cánones de la ortodoxia neoliberal . La elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de Venezuela en 1998 marca el punto de quiebre con el ciclo político signado por las políticas de ajuste estructural y la implantación del mercado como eje de la coordinación social. En los años posteriores fueron llegando al poder otros partidos anti-neoliberales en diversos países de la región. El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva en Brasil (2002), el peronismo en la versión “aggiornada” por los Kirchner en la Argentina (2003), el Frente Amplio en Uruguay (2004), el Partido Socialista de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile (2000 y 2005), el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales en Bolivia (2005), y el movimiento Alianza País (AP) de Rafael Correa en Ecuador (2007). A ellos podría agregarse la elección en 2009 del ex sacerdote Fernando Lugo en Paraguay como parte de una coalición progresista que no alcanzó a completar su período de gobierno. Una vez en el poder, y aún si comparten entre sí el énfasis en la reconstrucción de las capacidades estatales para regular a los mercados y redistribuir la riqueza social, los gobiernos antes mencionados encaminaron la transición post-neoliberal a partir de diversas estrategias políticas. En medio de tal heterogeneidad se puede reconocer, no obstante, dos grandes trayectorias de gestión política del cambio en los gobiernos progresistas sudamericanos. Luego de casi tres décadas de predominio de las políticas neoliberales en América del Sur, hacia fines de los años noventa del siglo XX se abre un ciclo histórico definido por diversos autores como el “giro a la izquierda” en la región. Dicho momento político está atravesado por el acceso al poder de partidos, movimientos o coaliciones políticas que pujan, en cada una de sus naciones, por implantar una agenda pública distante de los cánones de la ortodoxia neoliberal . La elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de Venezuela en 1998 marca el punto de quiebre con el ciclo político signado por las políticas de ajuste estructural y la implantación del mercado como eje de la coordinación social. En los años posteriores fueron llegando al poder otros partidos anti-neoliberales en diversos países de la región. El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva en Brasil (2002), el peronismo en la versión “aggiornada” por los Kirchner en la Argentina (2003), el Frente Amplio en Uruguay (2004), el Partido Socialista de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile (2000 y 2005), el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales en Bolivia (2005), y el movimiento Alianza País (AP) de Rafael Correa en Ecuador (2007). A ellos podría agregarse la elección en 2009 del ex sacerdote Fernando Lugo en Paraguay como parte de una coalición progresista que no alcanzó a completar su período de gobierno. Una vez en el poder, y aún si comparten entre sí el énfasis en la reconstrucción de las capacidades estatales para regular a los mercados y redistribuir la riqueza social, los gobiernos antes mencionados encaminaron la transición post-neoliberal a partir de diversas estrategias políticas. En medio de tal heterogeneidad se puede reconocer, no obstante, dos grandes trayectorias de gestión política del cambio en los gobiernos progresistas sudamericanos.
2013
F. Ramirez Gallegos
El proceso constituyente ecuatoriano y sus dilemas de legitimidad
Silvia Bagni
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Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11585/185302
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