Epílogo

El Autor subraya, con razón, que una de las razones principales que explican la fuerte politización del Tribunal Constitucional peruano está relacionada con el sistema de designación de sus miembros. El autor propone abandonar el sistema de designación enteramente parlamentario y adoptar uno nuevo, de tipo mixto. Específicamente, en su propuesta, de los once magistrados que integrarían el Tribunal Constitucional, tres serían designados por el presidente de la República, cuatro por el Congreso (requiriendo una mayoría de dos tercios), y cuatro por el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial. Como los retos son muchos y de diferente naturaleza, es posible que cambiar el sistema de designación de los miembros del Tribunal no sea suficiente. Sin embargo, este cambio podría representar uno de los primeros pasos para “mejorar la labor del Tribunal Constitucional” (como reza el título del libro) y, más en general, para mejorar el sistema democrático y del rule of law de un país que ya lleva varios años atravesando una fase muy compleja y turbulenta desde un punto de vista político, social e institucional.