Este trabajo está centrado principalmente en el género gramatical y en las aportaciones que han hecho los Estudios de género en relación con este concepto lingüístico, pues en este terreno entran en juego factores propiamente gramaticales, pero también cuestiones de componente social y reivindicativo. De hecho, en todo lo que han aportado sobre la gramática los Estudios de género juega un papel importante lo ideológico, y ello, como han demostrado precisamente este tipo de estudios, es un argumento delicado porque más que ningún otro aspecto gramatical, el género puede convertirse en instrumento ideológico. Este estudio pretende diferenciar y establecer una relación entre tres conceptos: 1- sexo (determinado biológicamente), 2- rol sexual o comportamiento sexual (conjunto de normas y convenciones sociales del comportamiento sexual de las personas) también llamado gender y 3- género gramatical. Veremos que lo que en los Estudios de género puede ser considerado como una “forma cognitiva machista”, entendido como forma machista de comprender la realidad, en Gramática se conoce como “género no marcado”. Dicho de otro modo, lo que la Lingüística etiqueta como “género no marcado” en Antropología de género podría calificarse como “androcentrismo”. El principal problema lingüístico denunciado en los Estudios de género nace con la feminización de algunas profesiones y denominaciones de cargos, a medida que la mujer ha ido abriéndose espacios. Sobre todo porque se parte de la idea de que la subordinación o jerarquización sexual se refleja en la lengua e incluso hay quien ha ido más allá y ha mantenido con fuerza que la lengua puede tener repercusiones sobre la subordinación o jerarquización sexual; si bien hay también quien sostiene lo contrario, que la lengua sólo refleja la realidad social. Comprobaremos que son dos los principales problemas de tipo lingüístico que plantean los Estudios de género: el uso del genérico masculino plural para referirse tanto a masculino como a femenino (por ejemplo, el sintagma los profesores para hacer referencia a los profesores y a las profesoras o bien a un profesor y a una profesora) y el no flexionar ciertos adjetivos y sustantivos, usándolos como comunes (el empleo de la juez, la joven o la médico en lugar de la jueza, la jóvena o la médica) e incluso el empleo del epiceno (el miembro en vez de la miembra). Diferentes estudiosos de la materia consideran que la lengua española es sexista bien porque el sistema flexivo no tiene en cuenta a la mujer (García Meseguer, 1988, 1994, entre otros), bien por la existencia de términos y expresiones sexistas que discriminan a la mujer (por ejemplo Iglesias Casal, 1990; Calero Fernández, 1992). En primer lugar señalaremos las cuestiones que denuncian los Estudios de género en relación con el género gramatical. A continuación haremos una descripción de los géneros gramaticales y de las diferentes posibilidades de representación que existen en español, a través de un breve repaso histórico. El estudio seguirá con una reflexión poniendo en relación las dos primeras partes de este estudio. Para terminar se presenta un breve análisis del género neutro, dado que a menudo se hace referencia al neutro como un género que engloba tanto el masculino, como el femenino; y en cambio aquí se pretende demostrar que no es ni lo uno ni lo otro; y por otra parte presentaremos algunas lagunas y contradicciones de determinadas gramáticas y diccionarios en torno a la existencia del neutro en español actual, pues como defenderemos en la última parte de este trabajo, lo que se denomina en muchas ocasiones neutro es en realidad masculino.

Géneros gramaticales, sexo y Estudios de género / M. E. Perez Vazquez. - STAMPA. - (2011), pp. 227-250.

Géneros gramaticales, sexo y Estudios de género

PEREZ VAZQUEZ, MARIA ENRIQUETA
2011

Abstract

Este trabajo está centrado principalmente en el género gramatical y en las aportaciones que han hecho los Estudios de género en relación con este concepto lingüístico, pues en este terreno entran en juego factores propiamente gramaticales, pero también cuestiones de componente social y reivindicativo. De hecho, en todo lo que han aportado sobre la gramática los Estudios de género juega un papel importante lo ideológico, y ello, como han demostrado precisamente este tipo de estudios, es un argumento delicado porque más que ningún otro aspecto gramatical, el género puede convertirse en instrumento ideológico. Este estudio pretende diferenciar y establecer una relación entre tres conceptos: 1- sexo (determinado biológicamente), 2- rol sexual o comportamiento sexual (conjunto de normas y convenciones sociales del comportamiento sexual de las personas) también llamado gender y 3- género gramatical. Veremos que lo que en los Estudios de género puede ser considerado como una “forma cognitiva machista”, entendido como forma machista de comprender la realidad, en Gramática se conoce como “género no marcado”. Dicho de otro modo, lo que la Lingüística etiqueta como “género no marcado” en Antropología de género podría calificarse como “androcentrismo”. El principal problema lingüístico denunciado en los Estudios de género nace con la feminización de algunas profesiones y denominaciones de cargos, a medida que la mujer ha ido abriéndose espacios. Sobre todo porque se parte de la idea de que la subordinación o jerarquización sexual se refleja en la lengua e incluso hay quien ha ido más allá y ha mantenido con fuerza que la lengua puede tener repercusiones sobre la subordinación o jerarquización sexual; si bien hay también quien sostiene lo contrario, que la lengua sólo refleja la realidad social. Comprobaremos que son dos los principales problemas de tipo lingüístico que plantean los Estudios de género: el uso del genérico masculino plural para referirse tanto a masculino como a femenino (por ejemplo, el sintagma los profesores para hacer referencia a los profesores y a las profesoras o bien a un profesor y a una profesora) y el no flexionar ciertos adjetivos y sustantivos, usándolos como comunes (el empleo de la juez, la joven o la médico en lugar de la jueza, la jóvena o la médica) e incluso el empleo del epiceno (el miembro en vez de la miembra). Diferentes estudiosos de la materia consideran que la lengua española es sexista bien porque el sistema flexivo no tiene en cuenta a la mujer (García Meseguer, 1988, 1994, entre otros), bien por la existencia de términos y expresiones sexistas que discriminan a la mujer (por ejemplo Iglesias Casal, 1990; Calero Fernández, 1992). En primer lugar señalaremos las cuestiones que denuncian los Estudios de género en relación con el género gramatical. A continuación haremos una descripción de los géneros gramaticales y de las diferentes posibilidades de representación que existen en español, a través de un breve repaso histórico. El estudio seguirá con una reflexión poniendo en relación las dos primeras partes de este estudio. Para terminar se presenta un breve análisis del género neutro, dado que a menudo se hace referencia al neutro como un género que engloba tanto el masculino, como el femenino; y en cambio aquí se pretende demostrar que no es ni lo uno ni lo otro; y por otra parte presentaremos algunas lagunas y contradicciones de determinadas gramáticas y diccionarios en torno a la existencia del neutro en español actual, pues como defenderemos en la última parte de este trabajo, lo que se denomina en muchas ocasiones neutro es en realidad masculino.
2011
Identità e genere in ambito ispanico
227
250
Géneros gramaticales, sexo y Estudios de género / M. E. Perez Vazquez. - STAMPA. - (2011), pp. 227-250.
M. E. Perez Vazquez
File in questo prodotto:
Eventuali allegati, non sono esposti

I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.

Utilizza questo identificativo per citare o creare un link a questo documento: https://hdl.handle.net/11585/93567
 Attenzione

Attenzione! I dati visualizzati non sono stati sottoposti a validazione da parte dell'ateneo

Citazioni
  • ???jsp.display-item.citation.pmc??? ND
  • Scopus ND
  • ???jsp.display-item.citation.isi??? ND
social impact