Las últimas dos décadas han sido testigos del crecimiento en la comprensión de los mecanismos cerebrales que subyacen a la empatía, es decir, la capacidad de compartir y comprender los estados internos de los demás. En este capítulo revisamos la investigación en neurociencia social y afectiva, destacando los componentes cognitivos y afectivos de la empatía, que implican no solo la activación de redes cerebrales que apoyan la comprensión cognitiva de los estados mentales de los demás, sino también redes afectivas y sensoriomotoras que son responsables del carácter compartido de esos estados. Todo ello, a su vez, sugiere que nuestra capacidad de empatizar con los demás se basa en aspectos afectivos y redes sensoriomotoras para sentir y mover el cuerpo. La empatía también es sensible al contexto y se ve afectada por las diferencias individuales y el sesgo intergrupal. Existe una mayor respuesta empática del cerebro hacia los individuos que pertenecen al propio grupo social que hacia los individuos que pertenecen a otros grupos. Los investigadores han comenzado a examinar las influencias socioculturales sobre el sesgo intragrupal en las respuestas neuronales empáticas, así como las posibles intervenciones para reducirlo. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para comprender el favoritismo intragrupal en el comportamiento social y para mejorar la comunicación intergrupal.
Representación cerebral de la empatía y de los procesos intergrupales / Sara Terranova, Federica Meconi, Alessio Avenanti. - STAMPA. - (2022), pp. 187-200.
Representación cerebral de la empatía y de los procesos intergrupales
Alessio Avenanti
Ultimo
2022
Abstract
Las últimas dos décadas han sido testigos del crecimiento en la comprensión de los mecanismos cerebrales que subyacen a la empatía, es decir, la capacidad de compartir y comprender los estados internos de los demás. En este capítulo revisamos la investigación en neurociencia social y afectiva, destacando los componentes cognitivos y afectivos de la empatía, que implican no solo la activación de redes cerebrales que apoyan la comprensión cognitiva de los estados mentales de los demás, sino también redes afectivas y sensoriomotoras que son responsables del carácter compartido de esos estados. Todo ello, a su vez, sugiere que nuestra capacidad de empatizar con los demás se basa en aspectos afectivos y redes sensoriomotoras para sentir y mover el cuerpo. La empatía también es sensible al contexto y se ve afectada por las diferencias individuales y el sesgo intergrupal. Existe una mayor respuesta empática del cerebro hacia los individuos que pertenecen al propio grupo social que hacia los individuos que pertenecen a otros grupos. Los investigadores han comenzado a examinar las influencias socioculturales sobre el sesgo intragrupal en las respuestas neuronales empáticas, así como las posibles intervenciones para reducirlo. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para comprender el favoritismo intragrupal en el comportamiento social y para mejorar la comunicación intergrupal.I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.