El principal escollo en la traducción teatral consiste en conjugar el texto escrito y el espectáculo, la adecuación y la aceptabilidad. Sin embargo, ante un autor como Pasolini también se han de tener presentes sus presupuestos teóricos, netamente contrarios a las dos corrientes dramáticas predominantes durante el siglo XX, el teatro oficial, académico o comercial, y el teatro underground o alternativo. En el caso concreto de "Calderón" tampoco se puede prescindir de una intertextualidad que no solo es perceptible en el momento de la recepción, sino que fue para el autor una auténtica precondición creativa, sin la cual la existencia misma de esta neotragedia pasoliniana es inconcebible. La deconstrucción del drama del Siglo de Oro no se verifica exclusivamente a través de la manipulación retórica y estilística, sino también con una radical actualización textual, a través de concretas referencias contextuales, de carácter político, social o cultural, a la España franquista de finales de los años sesenta, en coincidencia, por lo tanto, con el momento de redacción de la obra. Pasolini en el "Manifesto per un Nuovo Teatro" comenzaba su apelación advirtiendo a los lectores: “Se vi aspettate un nuovo teatro, lo aspettate necessariamente nell’ambito delle idee che già avete; inoltre una cosa che vi aspettate, in qualche modo c’è già”. El traductor, si posee una visión pragmática de la labor traslaticia y se plantea como horizonte la acción escénica, ha de asumirse el compromiso de aportar al texto traducido las novedades que cada nuevo espectáculo requiere, porque el género teatral no se escribe para la lectura, sino para el escenario, y como proclamaba la que fue hasta su muerte traductora oficial de Pasolini al español Carla Matteini: “defiendo que el traductor ha de estar siempre a pie de escena”.
María Rodrigo Mora (2017). En torno a las traducciones españolas de la tragedia "Calderón" de Pier Paolo Pasolini. Roma : AISPI Edizioni.
En torno a las traducciones españolas de la tragedia "Calderón" de Pier Paolo Pasolini
María Rodrigo Mora
2017
Abstract
El principal escollo en la traducción teatral consiste en conjugar el texto escrito y el espectáculo, la adecuación y la aceptabilidad. Sin embargo, ante un autor como Pasolini también se han de tener presentes sus presupuestos teóricos, netamente contrarios a las dos corrientes dramáticas predominantes durante el siglo XX, el teatro oficial, académico o comercial, y el teatro underground o alternativo. En el caso concreto de "Calderón" tampoco se puede prescindir de una intertextualidad que no solo es perceptible en el momento de la recepción, sino que fue para el autor una auténtica precondición creativa, sin la cual la existencia misma de esta neotragedia pasoliniana es inconcebible. La deconstrucción del drama del Siglo de Oro no se verifica exclusivamente a través de la manipulación retórica y estilística, sino también con una radical actualización textual, a través de concretas referencias contextuales, de carácter político, social o cultural, a la España franquista de finales de los años sesenta, en coincidencia, por lo tanto, con el momento de redacción de la obra. Pasolini en el "Manifesto per un Nuovo Teatro" comenzaba su apelación advirtiendo a los lectores: “Se vi aspettate un nuovo teatro, lo aspettate necessariamente nell’ambito delle idee che già avete; inoltre una cosa che vi aspettate, in qualche modo c’è già”. El traductor, si posee una visión pragmática de la labor traslaticia y se plantea como horizonte la acción escénica, ha de asumirse el compromiso de aportar al texto traducido las novedades que cada nuevo espectáculo requiere, porque el género teatral no se escribe para la lectura, sino para el escenario, y como proclamaba la que fue hasta su muerte traductora oficial de Pasolini al español Carla Matteini: “defiendo que el traductor ha de estar siempre a pie de escena”.I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.